Bueno...bueno.... el domingo tuvimos tarde de mama e hijo, aprovechando que la peque se había ido con su tía Eri y papá estaba en momento siesta. Como podría tenerle entretenido, para que su padre no se enfadase con él. Y bueno...mamá tenía que hacer galletas por lo que... nos pusimos el delantal, nos encerramos en la cocina, con la tele de fondo y así pasamos la tarde, como él dice haciendo cosas de mayores que no Irene nunca podemos.
Pocas son las cosas que tuve que decirle, salvo que....una vez que el fondant cae al suelo, con soplar no es suficiente, ya que hay que tirarlo, porque ya no nos vale y se contamina.
Le estuve enseñando como teñir el fondant, como estirarlo y darle truquis para que no se nos pegue en el rodillo, lo que mas le gusto....fue unos rodillos texturizadores (-mira mamá hago magia, ves que lisito esta el fondant?, pues cierra los ojos. Ábrelos ahora, ves.....ahora hay piececitos) yo me meaba, viendo lo feliz y entusiasmado que estaba probando todas esas cosas que mamá no deja tocar bajo ningún concepto y menos aún para utilizarlo a modo de juguete.
Lo mejor fue cuando estuvimos preparando la glasa y se metió en la manga, y dijo que él ya sabia escribir muy bien con los rotus y bolis, que porque no le dejaba eso para escribir, se atrevió hasta con los dibujitos.
Os dejo la muestra de lo que escribió a su madre, a la cual se le cae la baba, entiendo que no os llegue tanto como a mi, pero.... yo me quedé asombrada, de como lo hizo siendo la primera vez que cogía la manga pastelera, y la caligrafía es de un niño de 6 años. Espero que os guste, a mi se me cae la baba
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